Artefactus Cultural Project

Anuario Iberoamericano sobre el LIBRO Infantil y Juvenil 2012: el género dramático

Anuario Iberoamericano sobre el LIBRO Infantil y Juvenil 2012: el género dramático

Antonio Orlando Rodríguez
Fundación SM

Detrás del telón

El género dramático tuvo escasos exponentes en la producción editorial de España y menos aún en la de América Latina, donde la más importante colección dedicada al teatro infantil –Primer Acto, del sello colombiano Panamericana, creada en 1996– no añadió ningún título a su catálogo en 2011.

El material editado puede agruparse en dos bloques. En el primero de ellos, estaría el llamado «teatro escolar», concebido para ser escenificado por los niños y adolescentes en sus centros educativos, como El lobo en el sillón, sobre el juicio que hacen en Cuentilandia al Lobo Feroz, y el auto de navidad El olvido de los Reyes Magos, obras publicadas por los españoles Domingo del Prado y Antonio Martínez Rubi en la nutrida colección Escena y fiesta de la editorial madrileña CCS. El otro bloque correspondería a la dramaturgia de mayor complejidad y elaboración artística, concebida para ser puesta en escena por teatristas adultos y que concibe a los niños –y, en ocasiones, a sus padres– como destinatarios.

Dentro del segundo grupo encontramos, mayoritariamente, obras que se mueven en la órbita de lo maravilloso, a menudo con brujas, hadas y animales antropomorfizados como personajes, o niños que se insertan en espacios y situaciones de fantasía. Ejemplos de esta tendencia son Y Colorín Colorado (Santa Cruz, Bolivia, La Hoguera), de la boliviana Rosalba Guzmán, que toma a Habíaunavez y a Colorín Colorado como personajes para celebrar las ventajas del trabajo en equipo, y El País de las brujas (Buenos Aires, Alfaguara), de la argentina Cristina Banegas, que vuelve al eterno enfrentamiento del bien y del mal con dos actantes que cuestionan sus roles en las ficciones: una brujita «buena» y un príncipe que reniega de su derecho a ejercer el poder. El cuaderno Teatro por tres de la cabeza a los pies (Buenos Aires, Abran Cancha) agrupó siete obras breves, en la órbita del absurdo y el humor humor, firmadas por los argentinos Adela Basch (La mano de la reina, Dos cenas por docenas, El hada de la ensalada), Alejandra Erbiti (El principal sospechoso, ¡Cómo pican los cuentos!) y Fabián Sevilla (Duelistas eran los de antes, Necesito una puerta).

En Cuba, Gente Nueva publicó Los músicos volantes, de Norge Espinosa, alegoría de corte fantástico-social con un sostenido hálito poético, que narra la llegada de tres saltimbanquis a un pueblo oprimido por un pirata tirano. Y en una poco común apuesta editorial, lanzó Vuelve la sombrilla amarilla, una nueva selección de libretos escritos por Ivette Vian para un exitoso programa infantil de la televisión de la isla, en los que también prevalece lo fantástico.

Pero la fantasía se puso también en función de otro tipo de tramas: figuras tan inusuales como un bidón de gasolina casi vacío, una pastilla de jabón gastada y un viejo manual de latín, que se mueven por vertederos y cloacas, protagonizan Ópera de los residuos (Madrid, ASSITEJ), de la española Antonia Bueno Mingallón, ganadora del Premio ASSITEJ España de Texto Teatral para la Infancia y la Juventud 2010, que se acerca con un enfoque original a la problemática del reciclaje.

Resulta estimulante encontrar, como contrapartida a la abundancia de mundos maravillosos y a la predominante presencia del humor y el absurdo, dos obras de autores españoles, editadas por Anaya, que se aproximan a conflictos y situaciones del entorno real de los niños de hoy, como Víctor Osama, de Francesc Adriá, y Las piernas de Amaidú, de Luis Matilla, ganadoras, respectivamente, del premio y el accésit del Premio de Teatro Infantil 2010 convocado por la Fundación Autor y Anaya. La de Adriá tiene como protagonista a Víctor Osama, un niño acosado por sus compañeros de escuela, y al señor Bohigues, el anciano dueño de un taller de reparación de juguetes, y aborda la problemática del respeto a las diferencias y la convivencia. La propuesta de Matilla se enfoca en las consecuencias que tienen las guerras para la población civil, a partir de la investigación que realizan dos estudiantes sobre la foto de un niño que perdió sus piernas a causa de la explosión de una mina antipersonal. En Latinoamérica, la compilación ¡Qué niños tan teatreros! (México DF, SM), preparada por la mexicana Bertha Hiriart, reunió cuatro piezas; una de ellas, la atractiva Una historia de gemelos, concebida por la propia Hiriart para ser representada por un narrador y títeres, aborda la discriminación de que son víctimas las niñas campesinas en México y otros países, por razones económicas y culturales, al negarles el derecho a asistir a la escuela y destinarlas a las tareas domésticas.

Juan, el Ceniciento (Alzira, Algar), de los españoles Carles Alberola y Roberto García, se destacó como una fresca comedia juvenil de equívocos, que propone una analogía entre el famoso personaje del cuento de hadas y un adolescente inconforme consigo mismo.

Para tomarle el pulso a la dramaturgia infantil iberoamericana más actual –inédita en gran medida– habría que acudir a las salas y ver las obras en escena, pues las editoriales continúan sin prestar suficiente atención al teatro como manifestación literaria. Determinar las posibles causas de esa apatía debería ser objeto de una investigación que fuera más allá de las especulaciones.

Categoría

Información

Artefactus Cultural Project

Con tu colaboración, continuamos creando experiencias culturales y educativas para nuestra comunidad.

Compartir en redes sociales: