Compasión y empatía
Desde que lanzamos nuestra campaña del Día Mundial de las Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud, que se celebra el 20 de marzo, con el eslogan Lleva un niño al teatro, mucho ha cambiado. Para muchos niños y niñas en muchas partes del mundo no es práctico, posible o aconsejable llevar a los niños y niñas al teatro, y muchos pasarán días dentro de casa, encerrados en sus propios hogares, sin oportunidades de contacto o de estímulo más allá de lo que la televisión puede proporcionar.
Pero pensemos en aquellos niños y niñas que no tienen hogares cómodos en los que puedan ser aislados, que no tienen padres con recursos para proporcionarles televisores, libros, juegos de construcción, jardines o mascotas para mantenerlos ocupados. Niños y niñas cuya realidad diaria es una sola habitación compartida con muchos otros, con muy pocas pertenencias personales que puedan llamar suyas. Niños y niñas sin acceso a agua corriente para lavarse las manos tan a menudo como se recomienda, y ciertamente sin acceso a costosos desinfectantes de manos. Niños y niñas que no van a poder aprender desde casa a través de medios online, ya que no tienen acceso a Internet. Niños y niñas cuya única comida asegurada proviene de la escuela que ahora estará cerrada por un período de tiempo. Y por supuesto, aunque su salud es menos probable que se vea afectada negativamente por la pandemia que sus padres y abuelos, ¿quién se ocupará de ellos si sus padres y abuelos se enferman o mueren como resultado de las complicaciones del Covid-19? Y menos dramáticamente, pero igual de importante, las familias cuyas vidas dependen de las ganancias de alguien con un salario diario, que, si son despedidos o se les dice que se queden en casa, no tendrán recursos a los que recurrir en condiciones de cuarentena prolongada.
Las soluciones que el llamado mundo desarrollado está tomando para enfrentar el Covid-19 no siempre son replicables en muchos países y contextos. Los desafíos pueden ser aún más complejos.
En este momento, necesitamos apelar a las cualidades que el teatro (y otras formas de arte) pueden desarrollar en nosotros, las de la solidaridad y la empatía. Más que nunca, necesitamos pensar en nuestros vecinos, nuestras comunidades y en aquellos que tienen acceso a lo mínimo. Tenemos que adaptar nuestras energías y esfuerzos a lo que es responsable, a lo que es solidario, a lo que es apropiado para nuestras condiciones y situaciones, dondequiera que estemos.
¡Tenemos que hacer un llamamiento a encontrar cada gramo de creatividad! En lugar de llevar a un niño o una niña al teatro, podemos leer una obra en voz alta, representar escenas en casa, crear oportunidades para el juego imaginativo con lo que tengamos a mano, y donde para hacerlo podemos utilizar o ampliar los vastos y crecientes recursos en línea de experiencias teatrales y artísticas. Estos pueden incluir narraciones oral y lectura de libros, vídeos de producciones, películas animadas, talleres de artes creativas con recursos cotidianos etc., y ASSITEJ creará un recurso online de estos a medida que avancemos, por lo que solicitamos a todos nuestros miembros contribuir a ello.
Recordemos que el llamamiento de Lleva un niño al teatro no es una petición puntual, dependiente de un solo día. Es parte de una campaña mundial en curso para dar a más niños de todo el mundo acceso a experiencias artísticas significativas. Hagamos que nuestro 20 de marzo de 2020 sirva para llevar este mensaje a todos los que necesitan escucharlo.
Y que el Covid-19 sea una coma en una frase en la historia de la necesidad fundamental de la humanidad de las artes y su compromiso con ellas, que continuará desarrollándose continuamente.
Yvette Hardie, Presidenta de ASSITEJ