El Día Mundial de la Marioneta, que se celebra desde 2003 por iniciativa de la Union Internationale de la Marionette (Unión internacional de la marioneta), es una oportunidad para rendir homenaje a este arte milenario y de una riqueza excepcional.
La sutil habilidad gestual, el juego entre el movimiento y la ilusión, entre la sombra y la luz. El dominio de los trajes, la forma y la escultura. El arte de la puesta en escena, el esquematismo y el simbolismo. El virtuosismo técnico y la poesía. El arte de las marionetas es un arte universal, un arte total.
Como dijo Paul Claudel, las marionetas son palabras que actúan. A través de esa narración real, pueden tanto encarnar la realidad cotidiana como dar vida a historias y cuentos de tiempos lejanos. Además de ser un patrimonio inestimable, las marionetas, ya formen parte de un rito solemne o actúen en un escenario contemporáneo, siguen constituyendo un arte plenamente actual.
Ello queda patente en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, que hasta la fecha contiene 12 formas diferentes de ese arte. Desde el Sbek Thom camboyano hasta los teatros de marionetas eslovaco y checo, cada uno de ellos representa una concentración excepcional de habilidades y tradiciones y un patrimonio común que debe salvaguardarse.
Este compromiso es tanto más importante cuanto que este frágil arte se enfrenta ahora a retos sin precedentes.
En primer lugar, la pandemia de COVID-19 nos ha recordado lo mucho que necesitamos el poder inspirador y evocador de las marionetas, pero al mismo tiempo ha puesto en peligro su supervivencia, al privar a muchos titiriteros de sus condiciones de trabajo e ingresos, a menudo muy precarios. En este sentido, los esfuerzos que despliega la Union internationale de la marionnette para prestar apoyo financiero a los agentes culturales del sector son valiosos y deberían recibir un amplio respaldo.
Ahora bien, al margen de la crisis, el arte de las marionetas se enfrenta a los mismos riesgos que la diversidad cultural en general, y en el caso de este arte presencial, se plantea en particular el reto de la transición de la vida cultural a los medios digitales.
Por ello, tanto para forjar el futuro como para pensar en las formas de superar la crisis, la UNESCO puso en marcha el pasado mes de abril el movimiento mundial de debate ResiliArt, que agrupa a artistas y profesionales de la cultura para reflexionar juntos sobre los desafíos que afectan al sector. Gracias al apoyo de la Union internationale de la marionnette, durante 2020 se pudieron organizar más de 15 debates con expertos en marionetas de todo el mundo. Ahora ha llegado el momento de extraer las enseñanzas correspondientes y movilizarse colectivamente para que este arte pueda seguir existiendo, difundiéndose y sirviéndonos de fuente de inspiración.
En este Día Mundial de la Marioneta, la UNESCO rinde homenaje a todos aquellos que mantienen vivo este arte milenario con pasión y –en estos tiempos tan particulares– con valor.
Audrey Azoulay
Elegida a la cabeza de la UNESCO en el año 2017, Audrey Azoulay ha emprendido un amplio programa de Transformación Estratégica de la Organización destinado a posicionar a la UNESCO en el centro de los desafíos del siglo XXI, permitiéndole responder a los grandes desafíos de nuestro tiempo. La Directora General ha puesto en marcha varios proyectos: la protec- ción del patrimonio cultural, mediante la iniciativa “Revivir el espíritu de Mosul en Iraq”, el logro del objetivo de una educación de calidad para todos, especialmente para todas las niñas y mujeres, y el fortalecimiento de la función de la UNESCO como laboratorio de ideas y de reflexión mundial sobre temas como el desarrollo de la inteligencia artificial y sus implicaciones éticas.
Ex-alumna de la Escuela Nacional de Administración, Audrey Azoulay es graduada del Instituto de Estudios Políticos de París. Ella posee igualmente un Diploma de Administración de Empresas de la Universidad de Lancaster (Reino Unido). Activa en el sector cultural desde el inicio de su carrera, ha trabajado, entre otras cosas, en la financiación del sector audiovisual público francés, así como en la reforma y la modernización de los sistemas de ayuda franceses para la industria cinematográfica.
En su calidad de Ministra de la Cultura de la República Francesa, Audrey Azoulay estuvo muy comprometida en el ámbito de la protección del patrimonio en peligro de extinción, particularmente en el Medio Oriente. De igual forma, se ha esforzado por promover el acceso de los niños a la cultura mediante la puesta en marcha de programas de educación artística y cultural (programas de “Creación en curso” e infraestructuras culturales innovadoras “Microfolies”).
Audrey Azoulay se ha comprometido a posicionar a la UNESCO como una plataforma de cooperación humanista, como un escenario de producción de estándares y una agencia de expertos que contribuye a difundir el saber y el conocimiento en todo al mundo a la mayor cantidad de personas.
Maryam Samaan, autora del póster
Nacida en 1984 en Damasco, Siria, Maryam Samaan practica las artes plásticas y escénicas. Licenciada en Bellas Artes en Damasco en la especialidad de pintura, y en el Instituto Superior de Arte Dramático de Damasco en escenografía, viaja a Francia en 2009 para continuar sus estudios en la Universidad Sorbonne Nouvelle – Paris 3 realizando estudios de arte dramático en la EESAB de Rennes especializándose en diseño. Va a trabajar durante tres años al Líbano (2016-2019) en campamentos de refugiados con y para niños, ofreciendo espectáculos de marionetas, talleres y una exposición de dibujos. Regresa a Francia.