En su 16º aniversario, OLLANTAY Theater Magazine regresa con nuevos bríos y sus acostumbrados temas de interés teatral. En este volumen XVI, el lector podrá revisar los siguientes materiales:
Editorial a cargo de Pedro R. Monge Rafuls. Vivos, a pesar de la crisis. p. 8 y 10.
Aguilú de Murphy, Raquel. Humor y choteo cubano en la dramaturgia de Virgilio Piñera. p. 82.
La autora de este artículo analiza el uso del humor en algunas de las obras dramáticas de Virgilio Piñera. Expone que el humor en el teatro de Piñera constituye uno de los rasgos fundamentales de su dramaturgia. Por ejemplo, cómo el humor en su teatro no sólo dependerá de la situación absurda en que se presenta, sino también de la combinación de la situación, los personajes, el lenguaje y hasta de los mismos recursos técnicos. Analiza lo cómico de los gestosque se dan en el personaje mismo y lo cómico de las situaciones que se manifiestan tanto dentro como fuera de esos personajes. Virgilio Piñera quiere revelar el absurdo de la vida y del hombre, y lo hace mostrando lo trágico del mundo a través del elemento cómico, como el chiste, la ironía, la parodia y el choteo cubano.
Arroyo, Jorge y Daniel Gallegos. Vitalidad teatral en Costa Rica, puntos de vista de dos dramaturgos. p. 39.
La Editorial Costa Rica y la Librería Lehmann organizaron encuentros de escritores a los que llamaron Entre Libros, dado que se realizó en los pasillos que dividen las estanterías donde están los libros para la venta. El 10 de marzo de 2005, Daniel Gallegos y Jorge Arroyo, prolíficos dramaturgos costarricenses, representantes de dos generaciones, dialogaron sobre la vitalidad del teatro en Costa Rica. Los comentarios y puntos de ambos escritores enfocaron una evaluación, desde adentro, de la actualidad teatral del país centroamericano.
El texto, síntesis de aquel encuentro, ofrece las impresiones expuestas por los dos escritores, y son publicadas considerando que contribuyen a una memoria del teatro costarricense.
Barbiero, Elisa Inés. Una experiencia: teatro y cárcel. p. 30.
En el artículo, la payasa Elisa Inés Barbiero cuenta su experiencia, dictando un taller de teatro a los reclusos dela Unidad Penitenciaria Nº 15, en un rincón de la Patagonia Argentina en 2003 y su continuación en 2004. Con sencillez y brevedad, Barbiero nos cuenta cólo logró hacer teatro de humor en medio del encierro, los reglamentos, la desconfianza y la violencia que puede imperar en una cárcel. Habla de las dificultades para montar las obras en un espacio precario y reducido, con un tiempo limitado, sin perder el objetivo solidario para el que fuera creado el programa teatral carcelario en 1998: lograr un espacio de libertad existencial a través del teatro. Una experiencia llena vivencias que deja huella en el crecimiento humano del grupo y quedarán en el mundo de los silencios para siempre. Un relato testimonial sencillo que nos hace darnos cuenta que el teatro se hace donde quiera, aunque no haya expectativas de grandes actuaciones y montajes.
Bulman, Gail A. Character, conflict, and the dramatic world of Raúl de Cárdenas. p. 12
Los personajes creados por el dramaturgo cubano Raúl de Cárdenas, incorporan un patriotismo intenso e innegable. Sin embargo, al examinar la construcción dramática de estos personajes, se destaca que el patriotismo, en el caso cubano, está en trancisión. En este artículo, Gail Bulman se sirve de la teoría de Anne Ubersfeld para analizar las situaciones discursivas de los personajes en tres obras de Raúl de Cárdenas y así revela que en estas obras el dramaturgo postula la evolución del patriotismo cubano en el siglo XX y XXI.
Chesney Lawrence, Luis. La propuesta de un teatro americano de Miguel Ángel Asturias. p. 62.
Las ideas que sobre el teatro tenía Miguel Ángel Asturias son poco conocidas. Una de las claves para entender su importancia lo constituyen sus artículos periodísticos, elaborados entre 1924 y 1933, no bien conocidos por sus estudiosos sino hasta los años noventa del siglo XX. El análisis de este hallazgo abre las puertas para entender cómo sus estudios de la antigüedad maya, sumados al ambiente parisino de la época, lo llevaron a formular una consistente propuesta sobre lo que podría y cómo debería ser y hacerse el teatro americano, que de hecho también escribió.
Díaz Souza, Eddy. El príncipe y el mar. p. 129.
En esta casa, los padres juegan a ser rey y reina. Las reglas prohíben todo encuentro con el mundo exterior, a causa del delicado estado de salud de Mariano, el niño que sueña con llegar al mar. Las ocurrencias de la abuela atentarán contra el orden establecido. Y una historia contada por títeres, cambiará el rumbo y las políticas de la casa.
González-Cruz, Luis F. Sobre El príncipe y el mar. p. 126.
Desde que salió a la luz pública en 1993, OLLANTAY Theater Magazine ha invitado a un crítico para que analice la(s) obra(s) que publica en cada revista. Esta vez, el Dr. Luis F. González-Cruz explora El príncipe y el mar, obra de Eddy Díaz Souza que aparece en este número.
Perinelli, Roberto. Rodolfo Usigli y Corona de sombra, un cuento de hadas del siglo romántico. p. 68.
Rodolfo Usigli (1905-1979) es considerado el padre del teatro mexicano. El tiempo, las modas y otras cuestiones menos justificadas, han hecho que su figura fuera cayendo en la opacidad y en el olvido. Para salirle al encuentro de esta injusticia, el dramaturgo argentino Roberto Pirenelli recalca, a través de un artículo dedicado a su figura, que con sólo el esfuerzo de darle una mirada a la producción usigliana se originaría el rescate. Acaso ni siquiera haya que consultar todos sus títulos, resaltan, con el brillo de la alta dramaturgia, la pieza canónica sobre la Revolución Mexicana y su decadencia, El gesticulador, y la magnífica trilogía de las coronas: Corona de sombra, Corona de fuego, Corona de luz, también otras históricas que, según el propio Usigli, por su condición de tal necesitan, para el abordaje, del recurso de la poesía.
Con afán de síntesis, Perinelli se dedicó, en su nota, a desarrollar los antecedentes que llevaron a Usigli a escribir sólo una de las obras de la trilogía, Corona de sombra, donde se relata el encuentro de un intrigado historiador que visita a Carlota, fugaz emperatriz de México entre 1861 y 1867, en su castillo belga, donde recluida y loca, sobrevivió los sesenta años posteriores a la muerte de su esposo, el emperador Maximiliano, fusilado en Querétaro. Perinelli no guarda intención de hacer un análisis técnico del texto, le concede el deseo al hipotético lector, que sienta la curiosidad de consultar la obra de uno de los dramatirgos más destacados del siglo XX latinoamericano.
Rivera, Carlos Manuel. Algunas consideraciones olvidadas entre las convergencias de El Nuevo teatro Pobre Latinoamericano de los años sesenta y setenta. p. 53.
El autor hace un trabajo sobre Pedro Santaliz, un importante y desconocido teatrista puertoriqueño que fundó el Nuevo Teatro Pobre de América en 1963 y que se presentó en los lugares más inverosímiles del Barrio Hispano, en una época en que las actividades del teatro latino estaban tratando de resurgir como parte del teatro neoyorquino. Era, además, una época de búsquedas de formas y expresiones. Santaliz experimentaba como pocos latinoneorquinos lo hacían en aquel momento.
Rodríguez, Anabella. Lo narodnyj, el teatro cubano isleño y su consecuencia : el teatro del exilio. p. 93.
Artículo de Anabella Rodríguez que reflexiona sobre el teatro cubano de la isla y el teatro del exilio, partiendo de las diferencias que existen entre los cánones estéticos de una sociedad socialista y los canónes estéticos que se encuentran en la periferia de la sociedad socialista, por no poseer la misma visión del mundo. Luego de medio siglo de ser Cuba una sociedad socialista que ha influido en el pensamiento latinoamericano, se hace necesario retomar para las nuevas generaciones histórica y estéticamente sus expresiones artísticas, para apreciar cómo esta sociedad socialista se configuró, creándose un teatro socialista de herencia soviética y dejando a un lado el teatro cubano no socialista, tradicionalmente de periferia durante la independencia. El análisis global del teatro cubano (isla y exilio), permite captar la estética teatral de la sociedad socialista y su proceso de formación de manera total. Rodríguez estudia la aparición de la concepción estética socialista en el teatro cubano desde la década del cuarenta en el siglo XX, cuando se observa la creación de un teatro socialista, acorde con la primera fase propuesta por V.I. Lenin, con el grupo Teatro Popular de Francisco (Paco) Alfonso, elogiado por la Unión Soviética en 1944. Luego analiza cómo esa «semilla socialista» se transforma en un teatro institucionalizado cuando se desarrolla la segunda fase de la sociedad socialista, luego de la Revolución cubana. En relación al teatro del exilio, el análisis parte de la necesidad de estudiar la «totalidad estética» del teatro cubano que propone Rine Leal (1930-1995) en su artículo «Asumir la totalidad del teatro cubano» (1993).
Solís, Ángel Premier. Teatro latino en la Gran Manzana. p. 49.
Las reflexiones de Ángel Premier Solís, actor y crítico de la escena hispana de Nueva York, son una cruda referencia al quehacer teatral de los latinoneoyorquinos. Cavilando sobre distintos aspectos en este artículo, comienza hablando sobre el éxito del teatro vernáculo del cubano Tony Betancourt y de la ecuatoriana Cecill Villar, para adentrarnos de improviso en aquellos hispanos que, de alguna manera, hacen teatro en Nueva York. Inmediatamente analiza el público inmigrante y los premios que algunas organizaciones otrogan a algunos teatristas. Sin dudas unas reflexiones que, al encontrarle el hilo, nos pueden hacer pensar sobre lo que sucede en los escenarios en español de la Gran Manzana. Termina esperanzado en la juventud.
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