Este texto fue publicado en la Revista de Literatura, año 2008, nº 239, del Centro de Comunicación y Pedagogía de Barcelona, España. También circuló en Chinchila, suplemento Infantil de la Revista Cauce, nº1, 2009, Pinar del Río, Cuba.
Panorama del estado actual de la Literatura Infanto Juvenil en Cuba
Por Luis Cabrera Delgado
Es reconocido por estudiosos de diferentes latitudes, entre los que cito a Manuel Peña Muñoz, que la isla mayor de las Antillas, pertenece, junto a Argentina y Brasil, al grupo de países “que han dado mejores muestras de literatura infantil de calidad en el continente”. Sin embargo, uno de los problemas que confronta la literatura cubana, en sentido general, es la pobre divulgación que su sufre más allá de sus fronteras marítimas, por lo que puede haber de cierto en dicha valoración es de conocimiento de especialistas e investigadores, y no del gran público lector del mundo hispanohablante, ya que el rico movimiento literario actual, que se caracteriza de manera especial por la diversidad temática, genérica y formal, es bastante desconocido.
Con excepción de un reducido número de autores, fundamentalmente aquellos que por residir en el extranjero han logrado ubicar sus textos en editoriales y red comercial foráneas, y cito a Hilda Perera, Joel Franz Rosell, Antonio Orlando Rodríguez, Sergio Andricaín, Eddy Díaz Souza, Froilán Escobar, Gumersindo Pacheco, Chely Lima, Aramís Quintero, Emma Artíles y Eric González Conde, la mayoría de los libros de cubanos son conocidos sólo en el territorio nacional. Las razones para esta injusta situación son de carácter extraliterario, y ellas también hacen que los libros de otros países no se comercialicen en la isla, impidiendo que el niño cubano pueda disfrutar de aquella literatura no más allá de donaciones hecha al sistema nacional de bibliotecas por instituciones u organismos extranjeros y tímidos esfuerzos editoriales, casi siempre por dejación expresa de los autores foráneos a cobrar sus derechos de autor.
De los creadores cubanos residentes en el extranjero, Joel Franz Rosell ha sido uno de autores más prolíficos. Una de las tendencias de su producción son precisamente las novelas de ambiente cubano, matizado por la fantasía en La tremenda bruja de La Habana Vieja1 , la aventura en Mi tesoro te espera en Cuba2 , o la Historia en La leyenda de taita Opongo3.
Ganador recurrente del premio La Rosa Blanca a los mejores libros cubanos del año, Rosell también ha recibido recompensas internacionales como el Prix de la Ville de Cherbourg (Francia) y la distinción White Ravens de la Biblioteca Internacional de la Juventud (Alemania). Por último, no debemos pasar por alto la abundante contribución de este, también investigador, a la crítica y el ensayo sobre literatura infantil cubana publicada en diferentes países.
El siglo XXI se inicia en Cuba con un grupo de autores, residentes en el país, que gozan de plenas facultades creativas y que ya cuentan con un amplio arsenal biobliográfico en el campo de la literatura infantil. Entre ellos se pueden mencionar a Nersys Felipe, Julia Calzadilla, Ivette y Enid Vian, Julio Llanes, Luis Caissés Sánchez, Omar Felipe Mauri. Enrique Pérez Díaz, Mirta y Alberto Yañez, Olga Marta Pérez, Emilia Gallegos, Magali Sánchez, Ramón Luis Herrera, Felipe Oliva, Esther Suárez Durán, Mercedes Santos Moray, José Manuel Espino, Luis Carlos Suárez, Teresa Cárdenas y al autor de estas líneas; a muchos de los cuales, la Sección de Literatura Infantil de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y el Comité Cubano del IBBY nos ha entregado el Premio Magistral La Rosa Blanca por el conjunto de nuestras obras.
Junto a estos y otros más, existe un numeroso grupo de autores que se van señalando dentro del ámbito literario.
Quiero comenzar la relación de esta nueva hornada nombrando a tres que, siguiendo la tradición establecida por José Martí en el siglo XIX, y continuada por Raúl Ferrer, Eliseo Diego y otros, son poetas que después de mostrar una calidad literaria reconocida en sus libros para adultos, han incursionado con todo éxito en el campo de la literatura infanto juvenil. Teresa Melo, Nelson Simón y Arístides Vega Chapú son integrantes de la denominada Promoción de los 80, colectivo constituido por un grupo de jóvenes poetas que se manifestaron en esa década del pasado siglo con una expresión lírica diferente al estilo coloquialista imperante en la época.
Teresa Melo acaba de sorprender con un poemario: El mundo de Daniela4 que lleva toda la carga expresiva de una poetisa de fuerza, ahora desde la posición y ternura de la madre capaz de convertirse también en niña para hablar como amiga con su hija.
Nelson Simón se ha destacado no sólo como autor, sino que ha desarrollado un meritorio trabajo como director de la Editorial Cauce, casa que mantiene las colecciones Fililí y Rehilete y publica la revista Chinchila, todas para el joven público lector, también se destaca su labor promocional ya que es el máximo organizador del Encuentro Anual de Escritores y Editores que se viene realizando en la ciudad de Bahía Honda desde hace cinco años. En su haber creativo están los libros En el cofre de un pirata5 , Historia de una media naranja6 , Maíz desgranado7, Manuscrito de Pink Mountain8 y Brujas, hechizos y otros disparates9. Todos estos libros han recibido diferentes premios en Cuba, entre los que sobresale el Premio de la Crítica 2004 a Brujas…, galardón que se otorga a los diez mejores libros de todos los géneros publicados cada año.
Por su parte, Vega Chapú cuenta en su haber con dos libros de narrativa para jóvenes: Soñar el mar10 y Te regalo el cielo11. En ambos utiliza el punto de vista narrativo de un personaje infantil; en el primero se trata de un niño enfermo que desde su cama sueña con un mundo que no puede alcanzar; mientras que en el segundo, es un adolescente que descubre el amor, ardid narrativo del autor para mostrarnos sin tapujos una realidad cotidiana llena, por verídica y veraz, de contradicciones y matices, en la que muchos de los patrones de conducta que nos muestran sus personajes, no son precisamente los arquetipos idílicos de la felicidad de ficción con que soñamos, sino el comportamiento de personajes reales de la vida que podemos encontrar en nuestros propios hogares, vecindario, ciudad y país, sin que el cuestionamiento crítico que pudiera tener el texto, llegue a ser en modo alguno explícito ni molesto.
Dentro de esta misma línea temática, tenemos otros dos interesantes autores. Uno de ellos es Jesús Díaz Rojas, autor del libro: Jaime12, conformado por dieciséis episodios temáticamente independientes, pero con una unidad conceptual dada por los personajes y el contexto en que se desenvuelven sus historias, y en el que aborda no sólo la problemática juvenil más general, como es la relación con los adultos y la escuela, la incipiente sexualidad y los primeros afectos amorosos; sino también otros temas menos frecuentes y no por ello ajenos a la realidad, como son la muerte de seres queridos, el adulterio de los padres, la incomprensión de los adultos, las secuelas de la guerra sin nombre que no nos pertenece y el suicidio.
El otro escritor a que hago referencia es Otilio Carvajal, cuya trilogía de títulos para jóvenes son: Ponme la mano aquí13, El libro del holandés14 y Dime con quien andas15, libros que desde las óptica de sus protagonistas, siempre adolescentes especiales por invalidez, ausencia de figuras paternas o carentes de vínculos afectivos, encaran las dificultades de la vida y logran salir airosos. Otilio es un artista de la palabra y con una prosa depurada y fina dibuja, conmueve, divierte, sugiere y cuenta para al final dejarnos el mensaje que siempre “el amor engendra la maravilla”.
Dentro de la línea de cuestionamiento de la realidad, pero con recursos narrativos totalmente diferentes se encuentra Boris Mesa, ya que utiliza el humor, la sátira y la carnavalización para el análisis crítico de las condiciones en que se pueden ver envueltos niños y adolescentes, incluyendo los libros grotescos que debe leer. Este autor tiene una habilidad especial para presentarnos las más disparatadas situaciones como si se tratara de hechos reales y creíbles al relacionar sus protagonistas, a veces gordos o tontos, versátiles o extravagantes, con personalidades del mundo de la cultura, la política y hasta de la mafia. Sus libros son: Los tesoros del ciruelo16, Mónica caída del cielo17, El general de bronce y la maestra18 , Cómo se hace un pintavida19 y Llamarse Mateo en el atardecer20. En este último libro, quizás el más logrado de los publicados hasta ahora por el autor, nos lleva al mágico mundo interior del niño al que cataloga como el más feo del mundo.
Otro joven escritor es Eldys Baratutes Benavides, quien quizás por su profesión de médico, se interesa en tratar temas como la soledad por la que pasan algunos niños, la muerte, el divorcio y el ser diferente a lo que se considera como conducta normal; de ello habla en sus libros Cuentos para dormir a María Cristina21, Las flores de Pablo22 y Marité y la Hormiga Loca23, textos todos premiados previamente a su publicación en concursos nacionales. Marite…, a pesar de su brevedad está clasificado como novela; está articulada en capítulos titulados, ágiles por su extensión y poder de síntesis, aspecto que estimula grandemente el interés por su lectura ya que el autor ha tenido muy en cuenta al destinatario al que se dirige.
Por su parte, Rubén Rodríguez, un joven periodista que en su tiempo libre cultiva las letras para niños, en otra cuerda diferente: la de la aventura, recurre a una exuberante fantasía en los personajes y espacios que crea, sin que por ellos dejen de aparecer los elementos que necesariamente se van a referir a la idiosincrasia cubana. Ha publicado Mimundo24 y El maravilloso viaje del mundo alrededor de Leidi Jalmiton25.
Hay otras voces jóvenes en el campo de la narrativa que no quiero dejar de mencionar, y voy contraponer dos autores, curiosos desde el punto de vista de esta comparación. Por una parte Liset Lantigua González, poetisa cubana radicada en Ecuador, quien con su libro Y si viene la guerra26 aborda una realidad muy propia del momento actual de nuestro país, con sus contradicciones, angustias y esperanzas, que no ha sido tratado antes en la literatura para jóvenes. Y por otra parte, Geovanys F. García Vistorte, quien con sus libros El día de los deseos cumplidos27 y El extraño almanaque de mi tía insólita28 se muestra asequible a lectores infantiles de cualquier país, pues se mueve precisamente en el mundo de la imaginería del niño universal.
Yolanda Paz Suárez retoma las un poco olvidadas flora y fauna cubanas para relacionar al niño con su entorno natural, junto a personajes queridos e imprescindibles para los infantes, como son los abuelos y maestros que contribuyen a enriquecer al lector en el disfrute de las anécdotas, siempre disfrutadas por los escolares más pequeños, que aparecen en su libro Tejedora de sueños29. En igual ambiente bucólico, pero en el campo de la poesía, se mueve Néstor Montes de Oca con Agua crecida30.
El mundo del realismo mágico de nuestros espacios rurales es tratado por Mailén Domínguez Mondeja en sus libros Evangelista y los recuerdos31 y A San Francisco no llegan los aviones32, en los que aparecen la expresión de la cultura popular campesina más genuina enunciados en un lenguaje de gran riqueza metafórica propio de la poetisa que es también la autora.
Una de las noveles autoras más prolífera, versátil y original es sin duda alguna Mildre Hernández Barrios. Su relativa corta vida literaria, iniciada en 2000 con la aparición de sus libros de poesía para niños Vuela una paloma33 y Despertar del viento34, y los de cuentos Cuentos para dormir un elefante35 y Memorias de un sombrero36, se ha visto galardonada con varios de los más importantes premios de concursos que se convocan en Cuba dado su original estilo para transitar por la lírica para los más jóvenes. Tiene también publicado junto a otros libros de poesía la obra de teatro ¿Y la reina dónde está?37
Otra autora que se ha dado a conocer en los últimos años es Lidia Ana Meriño Hernández, quien ha publicado los libros de poesía Villa Lomita38, En el estanque azul39, y El libro de todas las lunas40 y los volúmenes de cuentos Lloviendo41, y Cuando el tiempo salió a paseo42; todos ellos textos que denotan que la literatura de autor, aquella en la que aparecen los sentimientos más personales: alegrías, penas, logros y frustraciones de su creador, no está reñida con la literatura infanto juvenil.
Olga Lidia Pérez es una mujer más preocupada en la labor promocional de la literatura, y en particular de la obra de su hermana Ada Elba Pérez, fallecida prematuramente, que en la suya propia, pero basta la aparición de su primer libro, el que tituló En Jarahueca. Poemas para los niños43 para revelar el talento de una poetisa que se ha sabido nutrir del más puro legado de la preceptiva española, de la herencia del folclor canario que le ha llegado a través de sus abuelos, para expresarse con los recursos, mañas y artimañas de la poesía de María Elena Walsh, sin dejar de ser ella misma: original, auténtica y cubana.
Y como hablo de poetas, no puedo dejar de mencionar a autores como Alberto Peraza Ceballos, reconocido decimista cubano, que a la hora de escribir para niños no necesariamente se amarra al metro que tan bien domina, sino que sus imágenes y metáforas se mueven con toda libertad también en el verso libre. Entre sus libros se destacan Camino del río seco44 y El cielo es mucho más grande45.
Otros muchos nuevos escritores aparecen actualmente en Cuba. Por razones de espacio y a vuelo de pájaro menciono a los poetas Alberto Rodríguez Copa (La vida en un sombrero46) y Jorge Luis Peña Reyez (Vuelo crecido47) y a los narradores Reynaldo Álvarez Lemus (El sombrero de mi abuelo48), Ana María Valenzuela (Cuentos locos para niños cuerdos49 y Cuentos adolescentes, tiernos pero irreverentes50) y Susana Haug Morales (Secretos de un caserón con espejuelos51) por considerarlos también entre los más talentosos y prometedores escritores cubanos del momento.
Comencé este artículo mencionando una idea de Manuel Peña Muñoz y quiero finalizarlo también con palabras de este escritor e investigador chileno: “El talento artístico de los creadores de la isla es innegable (…) Son profesionales, altamente profesionales y de calidad”.
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Fuentes consultadas
1 Edebé, 2001, España.
2 Sudamericana, 2002, Argentina, y Edelvives, 2008, España.
3 Fondo de Cultura Económica, 2006, México.
4 Ediciones Almargen, 2006. Pinar del Río. Cuba
5 Ediciones Cauce, 1998. Pinar del Río. Cuba
6 Editorial Cauce, 2006. Pinar del Río. Cuba.
7 Editorial Gente Nueva, 2003. Ciudad de La Habana. Cuba.
8 Editorial Almargen, 2005. Pinar del Río. Cuba.
9 Editorial Betania, 2000. Madrid. España y Editorial Oriente, 2004 y 2006. Santiago de Cuba. Cuba.
10 Editorial Capiro, 2002. Villa Clara. Cuba.
11 Editorial Cauce, 2008. Pinar del Rio. Cuba.
12 Editorial Capiro, 2002. Villa Clara, Cuba.
13 Editorial Oriente, 2000, Santiago de Cuba, Cuba y Editorial Pluma de Oro, 2007,Medellín, Colombia.
14 Editorial Ávila, 2002, Ciego de Ávila. Cuba
15 Editorial Oriente, 2205, Santiago de Cuba. Cuba.
16 Editorial Sed de Belleza, 2001. Villa Clara, Cuba
17 Editorial Capiro, 2002 y 2005. Villa Clara. Cuba
18 Editorial Capiro, 2002. Villa Clara. Cuba.
19 Editorial Capiro, 2005. Villa Clara. Cuba
20 Editorial Sed de Belleza, 2006. Villa Clara. Cuba
21 Editorial El Mar y la Montaña, 2005 y 2007. Guantánamo. Cuba
22 Editorial Gente Nueva, 2006. Ciudad de La Habana. Cuba
23 Casa Editorial Abril, 2007. Ciudad de La Habana. Cuba.
24 Editorial Oriente., 2005, Santiago de Cuba. Cuba.
25 Editorial Hermanos Loynaz, 2008. Pinar del Río. Cuba.
26 Grupo Editorial Norma, 2006, Quito, Ecuador
27 Editor Ácana 2001, Camagüey. Cuba. Gente Nueva, 2005. Ciudad de La Habana. Cuba y Editorial Progreso, 2005, Ciudad México. México.
28 Editorial Ácana, 2005. Camagüey. Cuba.
29 Ediciones Extramuros, 2002. La Habana. Cuba
30 Ediciones Almargen, 2007. Pinar del Río. Cuba
31 Casa Editorial Abril, 2001. Ciudad de La Habana. Cuba
32 Reina del Mar Editores, 2006. Cienfuegos. Cuba.
33 Ediciones Ávila, 2000. Ciego de Ávila. Cuba.
34 Ediones Luminaria, 2000. Sancti Spíritus. Cuba.
35 Editorial Gente Nueva, 2000. Ciudad de La Habana. Cuba.
36 Editorial Capiro, 2004. Villa Clara. Cuba.
37 Ediciones Luminaria, 2003. Sancti Spíritus. Cuba.
38 Editorial Cauce, 2002. Pinar del Río. Cuba.
39 Editorial Cauce, 2003. Pinar del Río. Cuba.
40 Editorial Capiro, 2207. Villa Clara, Cuba.
41 Editorial El mar y la montaña, 2005. Cienfuegos. Cuba.
42 Editorial Capiro, 2005. Villa Clara. Cuba.
43 Casa Maya de la Poesía, 1999, Campeche. México.
44 Editorial Hermanos Loynaz, 1996. Pinar del Río. Cuba
45 Editorial Gente Nueva 2007 y 2008. Ciudad de La Habana. Cuba.
46 Ediciones Unión, 2005. Ciudad de La Habana. Cuba.
47 Casa Editora Abril, 2007. Ciudad de La Habana. Cuba.
48 Editorial Oriente, 2006. Santiago de Cuba. Cuba.
49 Editorial Gente Nueva, 2002. Ciudad de La Habana. Cuba.
50 Casa Editora Abril, 2002. Ciudad de La Habana. Cuba.
51 Ediciones Unión, 2001. Ciudad de La Habana. Cuba.