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Pedro Monge Rafuls : «El teatro hondureño no ha avanzado»

Pedro Monge Rafuls : «El teatro hondureño no ha avanzado»

Foto: Reynaldo Carranza. En la imagen: Antonieta Máximo y Pedro Monge en el simposio en El Teatro de los Sueños, el sábado 25 de abril.
Foto: Reynaldo Carranza. En la imagen: Antonieta Máximo y Pedro Monge en el simposio en El Teatro de los Sueños, el sábado 25 de abril.
  • El dramaturgo cubano ha participado en un simposio de tres días para impulsar y fortalecer el movimiento teatral hondureño.
  • También habla de la mujer en sus obras, de sus años de joven en Tegucigalpa, de lo que considera su legado y de lo que está escribiendo.

Por Luis Antonio Núñez
Correo-e: lobo3066@gmail.com
Tomado de: Arlequín

San Pedro Sula.- En las tablas del Teatro de los Sueños se escenificó una obra inédita, una esperanza impulsada por la hondureña Antonieta Máximo y el dramaturgo cubano Pedro Monge Rafuls: un encuentro para revisar y fortalecer el quehacer teatral hondureño.

Monge es parte del movimiento teatral latino de Nueva York, un prolijo dramaturgo que creó el centro de artes y la revista Ollantay, una publicación bilingüe dedicada al estudio y difusión del teatro latino en Estados Unidos y el latinoamericano.

Ahora, con un simposio de tres días la pretensión es: “un logro fue reunirlos. No ha existido aquí una intercomunicación entre los diversos grupos teatrales. El intercambio entre los teatristas es clave”.

Además, que generen un “corpus nacional” del teatro. También que los propios teatristas al exponer sus experiencias brinden soluciones para fortalecer el teatro hondureño.

Monge ya ha tenido experiencia en sinnúmeros de encuentros de esta índole, y su bagaje le permite detectar que no tenemos “educación teatral”, y es importante que los actores y dramaturgos tengan conocimiento teatral, que no sólo sea empíricamente.

¿Existe teatro hondureño?
El objetivo del encuentro ha sido investigar y localizar los problemas, “pero las soluciones dependen de los teatristas”, para que sea el “principio de un movimiento teatral hondureño”, pues «hasta ahora no existe».

El desconocimiento del teatro hondureño a nivel mundial es total. Incluso al anunciar su venida a este encuentro la gente se sorprendía.

De la labor teatral hondureña sólo sabe de un dramaturgo con una obra: Rafael Murillo Selva, con “Loubavagu” o “El otro lado lejano”, que sí se conoce en muchos ambientes teatrales. “Es una obra increíble”.

También ha oído de Tito Estrada en algunos medios. “Pero del teatro hondureño, ni las obras ni directores se conocen”.
Lo reafirma al contarnos: “Acabo de leer un artículo sobre el teatro centroamericano, y de Honduras sólo se menciona a “Loubavagu” en un enfoque antropológico”.

Por eso la esperanza de lo que produzca el simposio es inmensa. Se espere ese gran salto al teatro profesional.

En avanzada, en junio en el “Ollantay Center for the Arts” se leerá un monólogo de Tito Estrada. Y se espera, que más adelante, autores hondureños vayan a Nueva York, sean publicados en la revista Ollantay y que busquen salir a festivales centroamericanos, latinoamericanos o europeos, “donde no hay una presencia efectiva del teatro hondureño”.

El teatro hondureño no está en ciernes, pues “tiene una tradición de hace siglos con el padre José Trinidad Reyes, quien con sus obras comienza un movimiento teatral centroamericano”. Sin embargo, “por lo que he captado, el teatro hondureño no ha avanzado al nivel que han progresado otros teatros”.

 

Foto: Reynaldo Carranza. Simposio en El Teatro de los Sueños, 25 de abril de 2009.

El reto
El meollo es la falta de una facultad teatral universitaria, de escuelas o academias, “no sólo para aprender a escribir y actuar teatro, si no para valorarlo”.

Y pone el ejemplo que “al hablar con varios escritores e intelectuales hondureños, éstos desconocen si existe un movimiento teatral en Honduras. Para mí eso es muy grave, porque se supone que esta es gente que está en avanzada en el mundo de las arte y la cultura de una ciudad o país”.

Al estudiante se le tiene que involucrar en el teatro, lo cual depende mucho del maestro, quien debe de hablarle, enseñarle y orientarlo a acercarse al teatro, “aunque no esté en el plan educativo”.

Los maestros universitarios deben conocer y enseñar el teatro como la literatura que es. “El teatro es uno de los géneros literarios más perfectos, porque no sólo se lee, sino que se ve”.

¿Cuántos maestros universitarios enseñan teatro en Honduras? “Me he dado cuenta que si acaso uno o dos es mucho”. ¿Y cómo hacer para que ese maestro sepa de teatro? “Ese debe ser un resultado que debe cumplir este simposio”. Porque “el maestro es indispensable para educar en el conocimiento del teatro; y el teatrista para presentar el teatro”.

Aunque llamar la atención sobre un movimiento teatral en Honduras no será fácil. “Uno de los males del teatro, en el mundo, es que no ofrece obras interesantes al público. Muchos directores presentan los que les gusta a ellos”.

Sin facultad o escuelas de teatro “sí puede haber teatro, como ahora en Honduras, pero no llena la calidad que le interesa al público, al que no debemos menospreciar, porque aunque sea sencillo, le gusta y disfruta ir al teatro”.

Como ejemplo nos dice: “Vi teatro por primera vez a los 24 años, y no me gustó porque era una obra mal hecha. Igual la segunda vez. El interés por el teatro hay que crearlo”.

El público tiene la posibilidad de hacerse un juicio del buen teatro cuando tiene opciones distintas, ese es el reto.

“Honduras es un país maravilloso, lleno de imágenes bellas, y la obra teatral surge con una imagen. Todo lo que tenemos que hacer es ayudar a los que tienen el talento para escribir teatro a que puedan llevar a cabo esa imagen con una buena técnica teatral que llame la atención de la audiencia dirigida por un buen director”.

Sin embargo, “hasta que no surja una dramaturgia nacional importante, no se podrá realizar el movimiento teatral. Espero que una de las cosas que se dé después de este simposio sea un taller para enseñar a escribir teatro de acuerdo a las técnicas”.

El recuerdo de siempre
Pedro Monge Rafuls salió de Cuba a los 18 años y vino a vivir a Tegucigalpa por varios años, para luego irse a Colombia.

Cuando le pregunto sobre la capital hondureña sus palabras se llenan de imágenes nostálgicas. “Tegucigalpa fue un momento importante de mi vida, fue el primer momento en que me separé de la comunidad cubana y miré a los cubanos desde afuera, fue cuando murió mi madre, fue cuando me enamoré por primera vez, fue cuando vi teatro por primera vez; es decir, Tegucigalpa comenzó a formarme como ser humano, como hombre”.

La mujer en sus obras
¿Cuál es el papel de la mujer en sus obras? “La mujer representa todo en el mundo, igual en mis obras. Es esa fortaleza del ser humano, a través del ser que consideramos más débil muchas veces, porque la mujer es débil como madre, como amante… la vemos como una figura débil, y sin dejar de ponerla en situaciones que podrían ser débil, ellas son más fuerte que los hombres en mis obras. También mis obras están marcadas por el destino, que es un eje que las mueve y las mujeres muchas veces son las que luchan contra ese destino, y le ayudan al hombre a que se revele contra ese destino”.

En su obra Lágrimas del alma, llevada al cine por la directora Ivonne López Arenal, participan tres mujeres y un hombre que casi no aparece. Las mujeres se revelan contra una situación humana, que generalmente se enfoca con un sentimentalismo. Es la actitud de la mujer frente a la vida. Además, “mis obras están muy marcadas por la cuestión erótica y sexual”.

En pocas palabras
La muerte: Es el final físico.
Obra preferida: El tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams.
La vida: Ha sido muy buena conmigo.
Agradeciendo: A Dios por haber salido de Cuba tan joven, no por los motivos que salí.
Algo que lo ha marcado: Viajar y conocer tanta gente y mundo que me ha dado gran experiencia.
Una satisfacción: Mi teatro ha sido aceptado.
Su mayor legado: La revista Ollantay, donde queda impresa la labor del teatro latino de EUA y del latinoamericano.
Algo de lo que se arrepienta: No, pero me hubiera gustado hacer distintas algunas cosas.

Sépalo
Pedro Monge Rafuls vino a vivir a Tegucigalpa a los 18 años y se fue porque se ganó una beca de estudios en Medellín, Colombia.

Lo que viene
Una obra basada en un escándalo religioso del que era cardenal de Medellín, que era homosexual y jugada con la gente de la droga y utilizaba la iglesia para subir al poder.

También una obra sobre la vida de la gran poetiza Gertrudis Gómez de Avellaneda, figura clave del romanticismo cubano. Ella fue muy sexual, muy erótica y la enfoca en ese erotismo.

Datos personales
El dramaturgo Pedro R. Monge Rafuls nació en 1943 en Placetas, Cuba. Después de vivir en Tegucigalpa, Honduras, y en Medellín, Colombia, se radicó en Estados Unidos. En Chicago, cofundó el Círculo Teatral de Chicago. En 1977, fundó “Ollantay Center for the Arts” y en 1993 “Ollantay Theater Magazine”, revista bilingüe dedicada al estudio y difusión del teatro latino en los Estados Unidos.

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